8 de octubre de 2020
En agosto pasado, docentes investigadoras del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla en Querétaro, y como parte del Ciclo Virtual de Conferencias, Conversatorios, Charlas y Diálogos ante la Pandemia del SUPAUAQ, conversaron sobre una de las reacciones que ha tenido nuestro cuerpo físico ante la pandemia del COVID-19: la dificultad para conciliar el sueño y descansar adecuadamente.
Por tal motivo y para platicar de las medidas para mantener una adecuada higiene del sueño, la Dra. en Ciencias Biomédicas, Patricia García Horsman, así como la Dra. Sofía Díaz Miranda y la Dra. Lourdes Cubero Rey abordaron dicho tema.
Díaz Miranda, con una trayectoria muy amplia en divulgación de la ciencia por 45 años, ha hecho una gran cantidad de estudios del Alzheimer, de enfermedades neurodegenerativas, en la alimentación, y ha encontrado algunas de las deficiencias cognitivas que sufre el cerebro con la edad.
“El sueño, durante la cuarentena, ha sido uno de los pilares de la salud más afectados, junto con la alimentación y el ejercicio físico. Las personas sufren una especie de estrés postraumático por las distintas circunstancias que les ha tocado vivir” expresó.
Cubero Rey, con muchos años en la unidad de neurodesarrollo en neurofisiología y electrofisiología que conllevan el cómo saber reconocer la actividad de nuestro sistema nervioso, indicó que “el sueño también tiene su higiene y no respetar estas medidas tiene un costo alto”.
Las investigadoras concluyeron que se tiene que descansar y reparar todo lo que se necesita, ya que el no hacerlo provoca serios trastornos como somnolencia diurna excesiva, conductas anormales durante el sueño y dificultad para conciliar y mantener el sueño, así como alteraciones del estado de ánimo, tanto a corto como a largo plazo. Para evitarlo, se debe seguir una adecuada higiene del sueño; mantener un ciclo regular de horarios para despertar y acostarse, así como aumentar la actividad física durante el día y evitar las siestas prolongadas.