FRANCISCO CERVANTES: CANTADO PARA NADIE (Cont...)

Una anotación se hace necesaria y es sobre la ausencia de algunos signos ortográficos, como es el caso de las comas, las mayúsculas y otras de su misma naturaleza. Me parece que, en Cervantes, la experiencia estilística le permite resignificar el valor de estas grafías. En Caballero a la moda, recupera su uso y evoluciona. En La materia del tributo adopta la mayúscula al inicio del verso que, de esta manera, se asume como unidad tonal y de significación.

En lo que se refiere al fondo, aparece una voz propia donde resuena toda la literatura española, desde el rey sabio, los cantares de gesta y va por sobre el dorado siglo, hasta llegar a la poesía de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Miguel Hernández y es cercano, todavía no acabo de dar en qué, al enorme Luis Cernuda. Es evidente la presencia de la literatura de Lusitania, a la que el poeta le dedica especial predilección y de la que encontramos continuas referencias. Está el severo T. S. Elliot y el vulgar Francois Villón. Está la literatura universal, pero no se nota. Una voz con cerebro, un alta conciencia que ya se mostraba:

EL ENEMIGO RECUERDO

Desnudo el viento, su huella late;
Aquí dejo a esta ciudad mi piel amarga.
No levanté torreones,
No edifiqué contornos en el polvo…
Pero tampoco fue al núcleo de una campanada
Que sucumbió este temblor de sombras
En el que se mueve mi yacente imagen por las calles,
Sus ruinas, su aire que separa.
Aquí el recuerdo de los Capitanes,
El enemigo recuerdo
Que esculpe una visión más cruel del otro drama.

Recorriéndote, ciudad,
He amado el deterioro
Y esa dureza que te circunda
Y nace de esas piedras llorosas
Donde la espada
Este dolor talló en secreto.
Más que ninguna, mía, ciudad,
Porque he visto mi rostro ciego
Una gran crónica dictando
Donde, tenaz, nace una flor que ahuyenta a estas palabras.

La persecución así os consagra.
Os anuncio un valle desconocido.
Allí sucede el silencio al llanto.
Una sola es la vuestra y una mi palabra.
Yo permanecerá después que hayáis partido.
Tras ese signo, yo os auguro el canto.

No era a esto que yo vine, no lo era.

Algunas velas se han podrido esperándome.
¿O esta demora estaba ya prevista?

Sabiduría profunda la de no establecer destino, sino
después de hollado.

A partir de La sustancia amarga viene una serie de libros que suenan a itinerarios. Viajes interiores que se desarrollan en la búsqueda constante de otras tierras, viajes que al fin lo lleven de regreso a su tierra.

EQUIPAJE LÓGICO

Hollado, como los amores por los sueños,
violento, tal una ráfaga en un asta desnuda,
así he llegado a esta lúgubre faena
de tener que mirarme de ira vestido
y enardecido hasta el informe.
Pero, qué tibia llamada,
qué amable esta sustancia amarga
que nos nutre entre pequeñas sorpresas y cálidas
anunciaciones.

No diré que fuera noticia profunda
ni lento engaño, razón o canto,
más bien diría una tarde cayendo a pico
sobre los amantes fatigados.
Ah, qué bien se desvanece en el desván la vida real,
qué bien se animan el polvo y el hollín.
puede ser que el mañana no anuncie su llegada,
es frecuente su callada asistencia…
pero, la verdad, cómo me llagan sus tentáculos,
cómo abren mis recuerdos y los vacían
con esa desconfianza paternal,
cómo lo abren y vacían
de todo lo que creí que estaba sucediendo ahora
y que sólo ahora, sólo ahora que me escucho
descubro su amarillento olor.
Ante su calor la mirada se nos curva
y flamean almas nuestras.
Ah, este decir–oficio calumnioso–,
Este escribir a solas.

En estos libros, cuyo ciclo se cierra, desde donde yo veo, con Los huesos peregrinos, está el trabajo del poeta por apropiarse del lenguaje necesario para escribir su poesía. Estos versos nos presentan la interiorización del castellano y del portugués, ya denotan seguridad en su ejercicio, pasión por el uso de la palabra exacta y la sorpresa.

En el poemario Cantado para nadie reaparecen ciertos arcaísmos con renovados bríos, formas superadas y aparece el gallego. Reconozco que su lectura me dejó algunas incógnitas y que esto no disminuyó la intensidad de los versos, sobre todo en los poemas que parecen postales. En este libro se encuentra, tal vez, el poema más conocido de Cervantes y que le da título al poemario.

CANTADO PARA NADIE

La cólera, el silencio,
Su alta arboladura
Te dieron este invierno.
Más óyete en tu lengua:
Acaso el castellano,
No es seguro.
Canciones de otros siglos si canciones,
Dolores los que tienen todos, aun aquellos
–Los más– mejores que tú mismo.
Y es bueno todo: el vino, la comida,
En la calle los insultos
Y en la noche tales sueños.
¿A dónde regresa si sólo evocas?
¿Amor? Digamos que entendiste y aun digamos
Que tal cariño te fue dado.
Pero ni entonces ni una menos ahora
Te importó la comprensión que no buscaste
Y es claro que no tienes,
Bien es verdad que no sólo a ti te falta.
La ira, el improperio,
Lo bajos sentimientos
Te dieron este canto.

Sirvan las tres cuartetas del poema Desde afuera, del poemario Lembranzas-Te Galiza, como una muestra del manejo de formas rimadas y con metro, en la poesía contemporánea:

DESDE FUERA

Quien nos observa desde afuera
Poco nos ve, pues lo que mira
Será tan sólo un gesto, ni siquiera
Lo que se inicia hoy o lo que expira.

Somos tan sólo movimiento
Y nunca el reposo, pues no existe
Mayor quietud que la del viento
En el polvo, cuando al fin desiste.

De levantar castillos y torreones
Sobre una superficie seca y dura.
Pero quien nos observa, en ocasiones
No ve el fuego, sólo ve la quemadura.

Continúa...