Se ha discutido sobre sus posiciones, sus concepciones, sobre la valoración que hizo en relación con el peso que le asigna a la conciencia o con su manera de entender la filosofía en relación con la producción científico-social en Latinoamérica, por ello es que hace falta un estudio más sereno, profundo y crítico de su obra, entre otras razones para aprender y conocer más de sus propuestas. En este sentido, les invito a que lean un trabajo colectivo donde se le hace un homenaje a su obra cuyo título es: Visión de América Latina. Homenaje a Leopoldo Zea, 5 del 2003, donde hablaba de la dialéctica, de la esperanza y la desesperanza que le producía el mundo actual con todas y cada una de sus atrocidades, y la posibilidad de superar las mismas, a través de la aportación y el concurso del filósofo, por lo que le gustaría vivir más.
II.- El inicio de su filosofar
Leopoldo Zea inicia sus reflexiones diciendo que América se "presenta" ante el mundo preguntándose por su humanidad, es una cuestión central, por el regateo que le hace occidente de su propia condición, es a partir de esta problematización que comienza a cobrar dirección su filosofía, esto se muestra en: Autopercepción intelectual de un proceso histórico6, de 1988; En torno a una filosofía americana 7, de 1945; América como conciencia8, de 1953. Esto también significaa una recuperación de esta problemática tanto en la conciencia americana como europea. Este planteamiento se enmarca por la crisis que Europa vive durante la Segunda Guerra Mundial, lo que va a permitir abrir la discusión sobre su carácter hegemónico. Al respecto se puede decir que en su trabajo En torno a una filosofía americana afirmará que uno de los problemas más complejos para América era definir su relación con Europa (p. 36), el fondo de la discusión era la imitación y la copia que había hecho la América Latina de la cultura europea, y por otro lado, era la crisis misma que Europa estaba viviendo y que veía como propia desde América. Por ello dirá que, los primeros intentos de recuperación del pasado latinoamericano, muestran con detalle que el proyecto latinoamericano no estaba en el pasado sino en el presente, es decir, Zea señala que "adoptamos las ideas europeas pero no podemos adaptarnos a ellas". Esto es, las ideas europeas eran vistas como propias, a la vez que se sentían ajenas. Otro de los planteamientos centrales en la filosofía de Zea fue la problematización que hizo sobre dos conceptos, que más que conceptos son vistos como dos realidades, una por conseguir y otra por superar: la independencia y la dependencia cultural, que desdoblado en otros ámbitos son cuestiones fundamentales para nosotros como latinoamericanos, al respecto dirá: "que no es rechazando esas ideas, sino contextualizándolas en nuestra circunstancia como vamos a generar nuestra propia expresión cultural", en América como conciencia. En este texto, Zea deslinda lo propiamente latinoamericano de lo europeo, según esto, es un ir deconstruyendo la estructura europea de la dominación, como se podrá hacer luz sobre el proceso que ha seguido históricamente la América Latina y la posibilidad de superación de esa realidad. Otro de los elementos de esta problematización que se da en la década de los setentas da como respuesta la Filosofía de la Liberación, donde uno de sus rasgos esenciales será, la otredad y la búsqueda de valores propios.
En este contexto es que se buscará una perspectiva propia, lo que llevará a Zea a fundamentar una Filosofía de la Historia Latinoamericana que permita esa recuperación del pasado. Este proyecto se va fortaleciendo hacia los años sesentas, pero todo ello se conseguirá en base a la formación y consolidación de una nueva generación de académicos e intelectuales que caminan en esa perspectiva, es decir, con una honda preocupación y sensibilidad latinoamericanista. En este sentido, dos de sus obras serán fundamentales: América Latina y el mundo9 y Europa al margen de Occidente de 1961. Esta nueva generación de latinoamericanos preocupados por nuestra realidad se expresará en los rubros y disciplinas más diversas, que van de la teología a la literatura, pasando por la economía y la política. Al respecto se puede afirmar que el discurso latinoamericano de la liberación y en particular su dimensión filosófica mostraban la renovación filosófica en curso, pero, a su vez, las limitaciones de su expresión en ese momento. Este discurso que será visto como propio, pero también será interpretado como periférico por ser elaborado desde los márgenes del llamado "primer mundo", por los marginados y excluidos, lo que le dará mayor fuerza expresiva, por la toma de conciencia que ello implicaba, al tratar de superar el círculo opresor-oprimido, donde uno de los elementos no sea la condición del otro, esto se plasma en su trabajo: La filosofía americana como filosofía sin más.
III.- El concepto de filosofía en Zea
Uno de los aspectos más relevantes en la filosofía de Zea es la reconceptualización que hace de la "filosofía y el quehacer filosófico", al respecto hace un primer deslinde que lo considera central al decir que, no es lo mismo el instrumental, los presupuestos de donde se parte y la problemática a abordar. Un ejemplo que se puede proponer al respecto es, la relación que puede guardar el marxismo con la situación latinoamericana. Este punto desde su inicio fue sumamente polémico porque en términos concretos apelaba a un cuestionamiento fundamental, y se puede formular a manera de pregunta: ¿podemos afirmar la existencia o no de una filosofía latinoamericana?, En torno a una filosofía americana. Como se podrá observar el planteamiento que hace Zea toca uno de los núcleos centrales de la discusión y su posible superación desde el nivel cultural, es decir, la forma o la manera en que
se decantaba esta discusión, en esa misma medida se dirigía la reflexión, esto es: "América fue presentada como el ideal a seguir, era la utopía de Europa. El mundo ideal que debía regir a Occidente" (p. 40), pero cuando esa realidad no estaba a la medida de lo imaginado se daba la negación o la marginación por no llenar esas expectativas. Al respecto Zea dirá que hay dos vertientes de esta discusión: por un lado, reconceptualizar "la idea" de América que ha hecho el europeo para que vea en ella, la Américareal; y la otra, la superación de esa conceptualización para afirmarnos como diferentes delante de Europa que siempre nos había visto como inferiores, y en consecuencia, como marginales. A partir de esta toma de conciencia sobre la necesidad de generar una reflexión propia es que se darán una serie de trabajos, que serán el eje de su reflexión posterior, y los elementos constitutivos de su primera etapa de pensamiento, entre otros: América como conciencia, América Latina y el mundo, La filosofía americana como filosofía sin más. Con él se inicia una generación de filósofos con auténtica vocación latinoamericanista. En este orden, Zea parte del historicismo para formular la existencia de una cultura, un pensamiento, una filosofía latinoamericana en La esencia de lo americano 10, es decir, va reasumiendo la propia historicidad como método y como marco de referencia para poder recuperar planteamientos y propuestas que son en muchos aspectos, realmente, originales. Zea dirá: "la experiencia de lo humano no se agota en lo europeo. Existen otras experiencias y otros puntos de partida para llegar al hombre. Existen otra formas de captación de lo humano" en Conciencia y posibilidad del mexicano11, de 1952 (p. 22).

9 América Latina y el mundo, Buenos Aires, EUDEBA, 1965.
10 La esencia de lo americano, Buenos Aires, Pleamar, 1971.
11 Conciencia y posibilidad del mexicano, México, UNAM, 1952.
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