Esta mundialización ha dejado a una gran mayoría de latinoamericanos al margen de la misma y de sus procesos, en la medida que no son competitivos y porque carecen de la capacitación tecno-científica-cibernética suficiente, con lo que ya no podrán integrarse, lo que nos lleva a la formulación de una posibilidad o de un escenario que en algo recomponga este estado de cosas. Este es: Tendríamos que integrar nuestras economías, promover la educación y la modernización de la clase obrera. Desarrollar mayor infraestructura en investigación y desarrollo. Explotar la posibilidad de nuevas tecnologías propias que compitan internacionalmente.
De no ser así, estaremos condenados a la desesperación, al fatalismo, a la subordinación y a un eterno ciclo de violencia-marginaciónviolencia.

Por otra parte, debemos tener claro que la globalización le ha impuesto a la América Latina una readecuación de los mecanismos del poder para que la regionalización no exacerbe la configuración del Estado-nacional de los países centrales, lo que ha llevado a una casi extinción económica de los países no-centrales, como la América Latina y el resto de los países, también llamados del Tercer Mundo. Es decir, la globalización para Latinoamérica reposa sobre la base de un desarrollo insostenible, vulnerable y muy peligroso. Globalizar, también ha significado el fomento y la creación de nuevos mecanismos institucionales, cada vez más autoritarios, para buscar una productividad más eficiente con los mercados internacionales, sin importar las consecuencias que traiga para nuestras naciones. En la América Latina se ha globalizado de afuera hacia adentro.

Por ello se ha llegado a afirmar que la contradicción fundamental de la globalización es: impulsar la libertad de producir objetos de consumo, sin discriminación, pero con patrones de productividad profundamente totalitarios. Un totalitarismo que viene definido por la arrogancia de un mercado capitalista que no duda en aplastar a aquel
que se le oponga. Este es el énfasis de un capitalismo neoimperial puesto sobre la producción de objetos, sobre el conocimiento, sobre los medios de comunicación y que ha terminado por cosificar la existencia de forma irreversible.14

Finalmente, desde una perspectiva nuestra latinoamericana, el pensar o proponer a la globalización como “el último grito de la moda económico-político-social” se presenta más bien como un salto al vacío. El afirmar o creer que es “la revolución intelectual del siglo o del milenio”, es haber perdido las coordenadas de los procesos que estamos viviendo. ¿Por qué se afirma esto? Porque pretender dejar la dinámica social y económica al libre juego de las fuerzas del mercado, para nuestro contexto, es verdaderamente suicida y descabellado, sobre todo si tomamos en cuenta la posición que guardamos, tanto en la división internacional del trabajo, como en la geopolítica mundial, esto entendido no sólo en los términos de intercambio que tenemos que soportar, sino también referido al patrón de acumulación o a la forma en que se distribuye la riqueza generada.

Esto también quiere decir que, sencillamente, es insostenible el que, por la sola lógica del mercado superemos nuestras carencias y rezagos. Más bien es al contrario, el que nos iremos segmentando cada vez más, por efecto de la competencia que es descomunal y desproporcionada para nosotros y que, a su vez, se muestra como un gargantua que devora todo a su paso. América Latina, visualizada de esta forma, se nos presenta como estructuralmente desfasada y rezagada, no sólo del mercado competitivo a gran escala, como lo plantea la globalización, sino también se muestra en uno de sus rasgos más evidentes, en su atraso científico y tecnológico, como ya se ha mencionado, y que es algo que padecemos y cargamos pesadamente. Es decir, el camino es todavía arduo, complejo, azaroso y faraónico. Concluyo con una cita de un eminente estudioso de la América Latina: Pedro Vuskovic, ya fallecido, quien afirmaba que:


Estamos capturados por una gran mentira: el éxito de las políticas neoliberales,
de la libertad y de la democracia, no constituyen nada nuevo ni mejor, pues son la expresión del antiguo y bien conocido proceso de trasnacionalización, esto es: el dominio del gran capital que hoy los gobiernos latinoamericanos han convertido en su gran aliado.15


V.- BIBLIOGRAFÍA.

1.- Ianni, O., Teorías de la Globalización, México, UNAM/Siglo XXI, 1999. 4° ed. p. 31.

2.- EZLN, Documentos y Comunicados II, México, ERA, Col. Problemas de México, 1996. p. 51.

3.- Magallón Anaya, M., Pensar esa Incómoda Posmoderniad desde América Latina, México, Red Utopía, A.C./jintajáfora Morelia Editorial, 2002. pp. 19- 21.

4.- Kurnitzky, H., “Barroco y posmodernismo: Una confrontación postergada”, en Echeverría, B., Modernidad, mestizaje cultural, ethos barroco, México, UNAM/El Equilibrista, 1994. pp. 73-90.

5.- Séller, Agnes y Fehér, Ferenc, El Péndulo de la Modernidad. Una cultura de la era moderna después de la caída del comunismo, Barcelona, Península. 1994.

6.- Beck, U., ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización, Barcelona, Paidós, 1998.

7.- Magallón Anaya, M., op. cit., p. 39.

8.- Zea, L., Fin del Siglo XX, ¿Centuria Perdida?, México, FCE, 1996. Col. Tierra Firme. p. 140.

9.- Ibíd., p. 141.

10.- Puiggrós, A., Imaginación y crisis en la Educación Latinoamericana, Buenos Aires, REI-Argentina, 1994. p. 6.

11.- Ibíd., p.13.

12.- Heinz Dieterich, S., “Globalización y Educación en América Latina”, en Simposio Internacional: Formación Docente, Modernización Educativa y Globalización, México, SEP/UPN, 1995.

13.- Eagleton, T., Las Ilusiones del Posmodernismo, Buenos Aires, Paidós, 1997.

14.- Magalló Anaya, M., op. cit., pp. 40-42.

15.- Vuskovic, P., “¿En lugar del neoliberalismo?”, en Democracia y Política Económica Alternativa, México, CIIH-UNAM/La Jornada Ediciones, 1994. p. 325.(Footnotes)
* Ponencia presentada en el Xl° Congreso internacional de la FIEALC ( Federación Internacional de estudios sobre América Latina y el Caribe), organizado por la Universidad de Osaka, Osaka, Japón. (Septiembre del 2003.)

 
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