|
NUESTRAS
COLUMNAS: PSICOLOGÍA Y SALUD
BIENESTAR,
FELICIDAD Y SALUD (Cont...)
|
Dra. Ana María del
Rosario Asebey Morales |
De ahí que el bienestar, es definido por
la mayoría de los autores como la valoración subjetiva
que expresa la satisfacción de las personas y su grado de
complacencia con aspectos específicos o globales de su vida,
en los que predominan los estados de ánimo constructivos
y positivos hacía sí mismo y hacia los demás2.
El bienestar subjetivo enfatiza un carácter
vivencial en su sentido más amplio, aunque resulta imprescindible
esclarecer su vínculo con otras categorías de carácter
más social. El término bienestar psicológico
ha sido utilizado como sinónimo de bienestar subjetivo; de
hecho ambos términos están estrechamente relacionados.
El bienestar psicológico puede ser considerado como la parte
del bienestar que compone el nivel psicológico, siendo el
bienestar general o bienestar subjetivo el que está compuesto
por otras influencias, como por ejemplo la satisfacción de
necesidades fisiológicas.
Frente a las barbaries del neoliberalismo, estudiar
el bienestar resulta vital, puesto que a nivel social toca puntos
tan neurálgicos como la movilización de las masas
para el cambio social y la responsabilidad común ante hechos
ambientales y ecológicos. A nivel individual, toma en cuenta
aspectos cualitativos y cotidianos del hombre vinculados a su felicidad,
ya que categorías sociales tales como el desarrollo económico
no se pueden por sí solas explicar.
El
estudio sobre el bienestar psicológico debe tomar en cuenta
la auto aceptación de sí mismo, un sentido de propósitos
o significado vital, el sentido de crecimiento personal o compromiso
y el establecimiento de buenos vínculos personales, alejados
de la corrupción, patrimonio de la mediocridad humana. El
bienestar psicológico, es un constructor mucho más
amplio que la simple estabilidad de los afectos positivos a lo largo
del tiempo, denominado felicidad por la sabiduría popular.
Es un constructor que expresa el sentir positivo y el pensar constructivo
del ser humano acerca de sí mismo, que se define por su naturaleza
subjetiva vivencial y que se relaciona estrechamente con aspectos
particulares del funcionamiento físico, psíquico y
social.
El bienestar posee elementos reactivos, transitorios,
vinculados a la esfera emocional, y elementos estables que son expresión
de lo cognitivo, de lo valorativo; ambos estrechamente vinculados
entre sí y muy influidos por la personalidad como sistema
de interacciones complejas, y por las circunstancias medioambientales,
especialmente las más estables. Las diferencias sociodemográficas,
no sólo pueden producir diferentes niveles de bienestar y
de salud, sino también, diferentes formas de encontrar el
bienestar psicológico.
Puede
esperarse que las causas del bienestar difieran según el
ciclo vital, las condiciones de vida, el nivel educacional, la ocupación,
el grupo social de pertenencia, lo que nos remite al análisis
del contexto histórico social.
Bienestar, felicidad, salud, satisfacción, calidad de vida:
son términos cada vez más frecuentes en la bibliografía
científica desde variadas disciplinas como la Psicología,
la Medicina, la Sociología, la Economía; y también
en la literatura, el periodismo, etc.
Esto evidencia, entre otras cosas, un cambio en
las concepciones sobre los fines y metas de las acciones médicas
y sanitarias, que en un primer momento sólo se proponían
la erradicación de la enfermedad y que actualmente cada vez
más centran su mirada en la promoción de salud. No
es casual que exista confusión entre estos términos,
los cuales se han utilizado en muchas ocasiones como sinónimos
pues todos ellos comparten similitudes en su contenido, así
como complejidades en su estudio dadas por su carácter temporal,
su naturaleza pluridimensional y su determinación tanto objetiva
como subjetiva
La categoría bienestar en este sentido,
tiene utilidad no sólo teórica, sino práctica,
ya que se enfoca justamente como un recurso, un determinante, un
componente y un resultado de la salud, independientemente de los
problemas conceptuales que limitan su investigación y la
comunicación intra e interprofesional. Asimismo, el bienestar,
columna vertebral de la felicidad, es posible alcanzarlo, si se
tiene como principio que esta última, me refiero a la felicidad,
es cosecha de lo que se siembra, es producto y fruto de la capacidad,
de la autenticidad y de la transparencia. ¿Cuántos
hombres felices caminan sin camisa….y a cuantos desdichados
les sobran las camisas?
1 Dra. en Ciencias Psicológicas por
la Universidad de la Habana, Cuba. Docente e Investigadora de
la Facultad de Psicología. Universidad Autónoma
de Querétaro. Querétaro, Qro. e mail: HYPERLINK
“mailto:asebey@uaq.mx” asebey@uaq.mx
2 Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano. New York.
Informe 1994
|
|